Gambia ¨No Problem¨

 

Una vez más, la tradición mandinga acude a sus costumbres como una plegaría religiosa cualquiera, reivindican el poder que le otorga los dioses convertidos en ritmos africanos. Este ritual se desarrolla cuando concluye el rabadán, como colofón a un festival ofrendado a Mahoma.

Exclusivamente, la etnia mandinga será fiel ferviente a una ceremonia musulmana. En Wassu, centro de Gambia, se entremezclan las tres principales etnias en una armoniosa convivencia. Los mandingas, son los más numerosos, y no quitan protagonismo a los fulas y wölof. Con la culminación de este festival, el cumplimiento sagrado de todo musulmán está realizado. Año tras año seguirán siendo fieles a la cita con la tradición sacra, rito que les facilitará una vida más plena y bienaventurada. En la más absoluta intimidad, sin extranjeros ni cámaras que puedan captar esta velada de fuego, polvo, timbales y bailes.

Tras pasar por varios filtros representados por el jefe de la comunidad, y los encargados de darle ritmo y sonido a la noche mágica, fui acreditado para documentar este espectáculo espiritual y particular. Convivir entre los mandingas en su poblado durante un tiempo fue intrínsecamente ilustrativo. Valió la pena adentrase en lo más profundo, tanto en lo geográfico como en su cultura. Amanecer con ellos y contemplar el atardecer agitado entre la brisa africana día tras día, escuchar las oraciones del imán entre las chozas a las cuatro de la mañana, y un sinfín de curiosidades que captan los sentidos influyeron notablemente en el aprendizaje que buscaba. Toda esa amalgama de sensaciones que el ser humano obtiene cuando supera verdaderamente todas las expectativas al experimentar nuevos retos en la vida, fue esencialmente impresionante. Después de todo ese tiempo interactuando con ellos concibes otros valores en la vida, pues África, sus gentes y su cultura te ofrecen la posibilidad de abrir la mente y el corazón a latitudes extraordinarias.